Muy Science Fest Madrid 2025: una tarde en la que el conocimiento y la curiosidad volvió a conquistar la ciudad

El Muy Science Fest Madrid 2025 reunió a algunas de las voces más influyentes del conocimiento para una jornada que unió ciencia, historia, ética y emoción en pleno corazón de la ciudad.
Muy Science Fest Madrid 2025
Muy Science Fest Madrid 2025. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

El centro de Madrid amaneció como cualquier otro sábado de otoño, pero en los alrededores de los Cines Callao se respiraba algo distinto desde horas antes del comienzo. Era una mezcla de expectación, curiosidad y ese rumor tenue que aparece cuando un público heterogéneo —estudiantes, docentes, investigadores, divulgadores, familias— se reúne para celebrar algo que no siempre ocupa el lugar que merece: el conocimiento (y la curiosidad). Un año más, Muy Science Fest Madrid abría sus puertas con el propósito de acercar la ciencia, las ideas y la reflexión crítica a toda la ciudadanía.

La edición de 2025 llegaba además con un marco especialmente simbólico. En un contexto marcado por la aceleración tecnológica, la desinformación y un debate público cada vez más fragmentado, el festival se presentaba como un espacio donde detenerse, escuchar y volver a conectar con aquello que nos permite entender el mundo y orientarnos en él. Muy Interesante, junto a la Fundación Muy Interesante, reafirmaba con esta cita su empeño en impulsar la transferencia social del conocimiento y la cultura científica en España.

Desde el primer momento la sala estuvo llena, iluminada por un ambiente en el que se mezclaban la emoción y las ganas de aprender. La inauguración corrió a cargo de la Editora de la revista, Marta Ariño, quien recordó la necesidad de integrar la ciencia y el pensamiento crítico en la vida pública. El acto arrancó con la energía característica de Jandro, maestro de ceremonias, que acompañó la jornada con intervenciones breves y un humor que ayudó a mantener el ritmo sin restar protagonismo a los contenidos.

Matemáticas, evolución, neurociencia y genética: una primera parte llena de ideas

La primera ponencia fue la de Marta Macho, que decidió adentrarse en un territorio de las matemáticas tan fascinante como desconocido para el gran público: la topología. Explicó cómo esta disciplina se aleja de los números para centrarse en las propiedades esenciales de los objetos, aquellas que permanecen aunque se deformen o se estiren sin romperse. Su recorrido incluyó ejemplos que mostraban cómo la equivalencia entre formas puede entenderse como una transformación continua y cómo, gracias al uso de ordenadores, los matemáticos lograron demostrar que cientos de miles de configuraciones podían resolverse con solo cuatro colores. Su intervención, precisa y cercana, abrió la tarde mostrando que incluso las ramas más abstractas de las matemáticas encierran una belleza inesperada.

Marta Macho
Marta Macho. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Le siguió Juan Luis Arsuaga, una de las figuras más reconocidas de la paleoantropología europea. Esta vez, dejó a un lado el repaso habitual a los hallazgos de Atapuerca para adentrarse en una pregunta tan antigua como la humanidad misma: si somos, por naturaleza, buenos o malos. Su recorrido por la evolución del comportamiento humano invitó a reflexionar sobre lo que nos ha permitido —y obligado— a convivir como especie.

Juan Luis Arsuaga
Juan Luis Arsuaga. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Tras un breve descanso conducido por Jandro, llegó al escenario Nazareth Castellanos, que planteó un enfoque integrador entre el cerebro y el cuerpo. Explicó cómo la actividad mental y las emociones no pueden comprenderse sin atender al resto del organismo, abriendo la puerta a una visión menos fragmentada de lo que somos. Su intervención combinó neurociencia, bienestar y una mirada muy humana sobre nuestro cerebro.

Nazareth Castellanos
Nazareth Castellanos. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

El primer bloque terminó con Lluís Montoliu, cuya intervención sobre genética, biotecnología y ética ofreció un análisis claro del futuro inmediato de la biomedicina. Abordó el papel de las nuevas herramientas de edición genética, los desafíos éticos que plantean y la responsabilidad que conllevan las tecnologías capaces de cambiar de raíz la forma en la que tratamos enfermedades y concebimos la salud.

Lluís Montoliu
Lluís Montoliu. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Ética, cosmos, cuántica y medicina: un segundo bloque vibrante

Tras un breve descanso, la segunda parte del festival retomó la fuerza narrativa con David Pastor Vico, filósofo especializado en ética aplicada. Su intervención recordó que los avances científicos necesitan ir acompañados de una reflexión profunda sobre nuestras decisiones individuales y colectivas. La ética, defendió, no es un accesorio, sino una herramienta esencial para orientarse en tiempos convulsos. Y recordó que solos, fuera de nuestra tribu, somos el peor de los animales posibles.

David Pastor Vico
David Pastor Vico. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Eva Villaver fue la encargada de llevar al público desde la tierra hasta las estrellas. La astrofísica, con una larga trayectoria en la NASA y el Instituto de Astrofísica de Canarias, ofreció una mirada tan bella como precisa sobre el destino de las estrellas y la fragilidad de nuestro lugar en el cosmos. Durante su intervención recordó que “el único lugar del que tenemos evidencia de existencia es la Tierra. No podemos hablar de la Tierra sin hablar de vida, ni de vida sin hablar de la Tierra”.

Eva Villaver
Eva Villaver. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

A continuación subió al escenario Sonia Fernández Vidal, que convirtió la física cuántica en un territorio accesible sin perder su profundidad. Su recorrido fue un recordatorio de que gracias a lo que sabemos de física cuántica hoy se han desarrollado tecnologías que han marcado el mundo en el que vivimos. “El mundo de hoy no se parecería en nada a lo que es si no fuese por la física cuántica”.

Sonia Fernández Vidal
Sonia Fernández Vidal. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Uno de los momentos más emocionantes llegó con la intervención de Pedro Cavadas. El cirujano compartió historias sobre trasplantes imposibles, casos extremos y decisiones difíciles en entornos límite. Su charla combinó técnica, experiencia clínica y una humanidad capaz de conmover incluso a quienes conocen bien su trayectoria. Y comentó que dedica una parte de su tiempo a operar en África oriental. “Vivimos en un paraíso y no somos conscientes de ello. No hay nada como viajar para darse cuenta”.

Pedro Cavadas
Pedro Cavadas. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

El bloque lo cerró el historiador Santiago Castellanos, que llevó al público a la Castilla del siglo XV para explorar el poder, las alianzas y las decisiones que rodearon la figura de Isabel la Católica. Su capacidad para interpretar personajes históricos desde sus tensiones, contradicciones y ambiciones dio una dimensión nueva a un periodo que seguimos revisitando para entender nuestro presente. Y recordó que “no siempre la historia es lineal; no estaba previsto que Isabel I de Castilla reinase”. “El conflicto es una constante en la historia”.

Santiago Castellanos
Santiago Castellanos. Foto: Alberto Carrasco/Muy Interesante

Un homenaje a las mujeres que transforman el conocimiento

El colofón del festival llegó con la quinta edición de los Premios Mujeres Científicas, un reconocimiento ya consolidado en el panorama divulgativo español. Este año se premiaron seis trayectorias excepcionales.

Isabel Inés Urrutia fue reconocida por su trabajo sobre cómo el entorno laboral y medioambiental afecta a la salud respiratoria. Ana Lluch recibió el premio por sus contribuciones esenciales al diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama. Coral Barbas fue distinguida por sus avances en metabolómica aplicada a la salud y su contribución a una medicina más personalizada. Carmen Ayuso fue reconocida por una vida dedicada a la genética médica y, en especial, al estudio de las enfermedades raras. Elena García Armada recibió un homenaje por el desarrollo pionero de exoesqueletos pediátricos, capaces de transformar la rehabilitación de muchos niños. Y Mercedes Bustamante fue premiada por su investigación sobre el impacto de la contaminación ambiental y los cambios en el uso del suelo en la salud colectiva.

Cada una de ellas representa un área distinta, pero juntas componen un mosaico que muestra la amplitud y riqueza de la ciencia contemporánea.

El festival pudo celebrarse gracias al apoyo de AENA, Lexus, Quirón Salud, Henneo Print, Holmen, Fundación para el Conocimiento Madrid y la Escuela de Organización Industrial. Su respaldo permitió que el evento creciera, se abriera a nuevos públicos y reforzara ese pacto social por la ciencia que tantos reclaman.

Un cierre que deja ganas de más

La jornada terminó con un aplauso largo, de esos que no son un gesto, sino una forma de agradecer. El Muy Science Fest Madrid 2025 cumplió su objetivo: crear un espacio donde el conocimiento no se contempla desde lejos, sino que se vive en primera persona. Donde las ideas se comparten, las preguntas se celebran y la ciencia vuelve a ocupar el lugar que le corresponde.

La sensación general al salir a la fría noche madrileña era la misma en todos los asistentes: ojalá hubiera más días así.

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