Esta oscura secta gnóstica, que según los cronistas cristianos Tertuliano e Ireneo existió en el siglo II en el este del Imperio Romano, reverenciaba a los condenados por el dios del Antiguo Testamento.
Se conoce bajo este nombre a la segunda dinastía nacional francesa que gobernó entre el siglo VIII y el siglo X y en la que se destacan figuras como Carlomagno.