Quién fue Gorgias? ¿Quién fue Protágoras? Lo primero que los define es que fueron los maestros de retórica más célebres de la sofística antigua, un movimiento filosófico-pedagógico que se difundió en el siglo V a.C. en Grecia, formado, predominantemente, por expertos en retórica. Sus integrantes, los sofistas, promovían el saber experto y un proceso de aprendizaje flexible que posibilitara a sus discípulos el conocimiento de una amplia gama de disciplinas. El hecho más significativo de este movimiento es que difunde la igualdad como principio pedagógico. El resultado de ello fue la invalidación práctica de la línea de demarcación existente entre estratos sociales separados, así que podría definirse el movimiento sofístico como el momento inaugural de la movilidad social. Pero también de la exaltación política del poder de convicción, que en el caso de Gorgias era graduado por la estética del discurso.
El auge de los sofistas en la Grecia del siglo V a.C.
La influencia de Protágoras y Gorgias en la sofística
Protágoras y Gorgias son considerados los pilares fundamentales del movimiento sofístico. Protágoras, conocido por su afirmación de que "el hombre es la medida de todas las cosas", introdujo una perspectiva relativista que cuestionaba las verdades absolutas. Su enfoque se centraba en la política como un saber necesario para la administración de la ciudad, enseñando a sus discípulos a evaluar y argumentar sobre las condiciones políticas. Por su parte, Gorgias, famoso por su habilidad retórica, defendía que el poder de la palabra podía transformar la realidad, siendo un instrumento tanto de persuasión como de elevación moral. Ambos filósofos promovieron una nueva concepción del saber que desafiaba las normas establecidas por la aristocracia.
La sofística, a través de Protágoras y Gorgias, subrayó la importancia del lenguaje como herramienta de poder y conocimiento. En un contexto donde la palabra era el principal medio de influencia, estos sofistas enseñaban a sus discípulos a dominar el arte de la persuasión. La retórica, por tanto, no era solo un medio de comunicación, sino un camino hacia el poder político y social. La habilidad de argumentar eficazmente era vista como una virtud esencial en la democracia ateniense, donde el debate público era el eje de la vida política.
El impacto de Protágoras y Gorgias en la sofística se refleja en la revalorización actual de sus ideas. A pesar de las críticas de Platón, quienes los consideraban manipuladores del pueblo, su legado ha sido reinterpretado como una contribución significativa al pensamiento filosófico. La retórica, lejos de ser una simple técnica de persuasión, es reconocida hoy como una disciplina filosófica en sí misma, capaz de influir en la percepción y la acción política.
La movilidad social promovida por los sofistas
Uno de los aspectos más innovadores del movimiento sofístico fue su promoción de la movilidad social. En una sociedad profundamente estratificada como la griega, los sofistas ofrecían un camino hacia la igualdad a través del conocimiento. Al enseñar habilidades retóricas y políticas, permitían a sus discípulos superar las barreras de clase, accediendo a posiciones de poder y liderazgo que antes les estaban vedadas. Este enfoque pedagógico revolucionario transformó la estructura social de la época, permitiendo una mayor participación en la vida pública.
La igualdad como principio pedagógico defendido por los sofistas rompía con la tradición aristocrática que vinculaba el poder con el linaje. En lugar de depender de privilegios heredados, los sofistas abogaban por una meritocracia basada en el dominio del saber. Este cambio de paradigma no solo alteró las dinámicas sociales, sino que también influyó en la concepción de la educación, estableciendo un modelo que valoraba el mérito individual por encima del origen social.
La movilidad social promovida por los sofistas tuvo un impacto duradero en la cultura griega, sentando las bases para un sistema más inclusivo. Al desafiar las normas tradicionales, Protágoras y Gorgias abrieron un espacio para el diálogo y el reconocimiento de la diversidad de perspectivas. Este legado continúa siendo relevante en la actualidad, donde la igualdad de oportunidades sigue siendo un objetivo central en muchas sociedades.

Trayectorias diferentes de Protágoras y Gorgias
Distinción entre retórica y política
Protágoras y Gorgias, aunque ambos sofistas, desarrollaron enfoques distintos en su enseñanza y práctica filosófica. Protágoras se centró en el "saber de la política" (politiké téjne), instruyendo a sus discípulos en la administración de los asuntos de la ciudad. Su enseñanza abarcaba tanto métodos argumentativos como evaluativos, permitiendo a sus estudiantes calcular los límites y posibilidades de las acciones políticas. Para Protágoras, la política no era solo cuestión de poder, sino de virtud ciudadana, un saber que debía ser cultivado para el bien común.
Por otro lado, Gorgias se autodefinía como un maestro de la "retórica" (retórica téjne), un arte que Platón describía como la capacidad de argumentar eficazmente. La retórica, para Gorgias, era un medio de persuasión que podía influir en las emociones y decisiones de las personas, una herramienta poderosa en la asamblea democrática. Aunque Platón criticaba esta habilidad, considerándola una forma de manipulación, Gorgias defendía que la retórica podía ser moralmente neutra, dependiendo de su uso.
La distinción entre retórica y política, tal como la plantearon Protágoras y Gorgias, refleja una tensión fundamental en la sofística: la relación entre el poder de la palabra y la acción política. Mientras que Protágoras veía en la política un camino hacia la virtud, Gorgias consideraba la retórica como un arte en sí mismo, capaz de moldear la realidad. Esta dualidad en sus enfoques subraya la diversidad y riqueza del movimiento sofístico, que abarcaba múltiples perspectivas sobre el conocimiento y el poder.
Fragmentos clave del pensamiento de Protágoras
El pensamiento de Protágoras ha llegado hasta nosotros principalmente a través de fragmentos y referencias en los diálogos de Platón. Uno de los fragmentos más célebres es el que se refiere a los dos discursos (lógoi) contrapuestos, donde Protágoras plantea que para cada argumento existe un contraargumento igual de válido. Esta idea subraya su enfoque relativista, que desafía las nociones de verdad absoluta y promueve un entendimiento más flexible y dinámico del conocimiento.
Otro fragmento significativo es el del "hombre medida" (homo mensura), donde Protágoras afirma que cada individuo es la medida de todas las cosas, de las que son y de las que no son. Este principio relativista sugiere que la percepción de la realidad es subjetiva, variando de persona a persona. Esta idea ha tenido un impacto duradero en la filosofía, influyendo en el desarrollo del pensamiento crítico y el escepticismo.
Además, Protágoras también abordó la cuestión de la contradicción (antilégein), negando la posibilidad de una contradicción absoluta. Para él, el discurso fuerte y el discurso débil coexistían, y la habilidad para argumentar y persuadir era fundamental en el ámbito político. Estos fragmentos reflejan la complejidad de su pensamiento y su influencia en la sofística, destacando su contribución a la filosofía griega y su legado en el pensamiento occidental.

Puntos de unión en el pensamiento sofista
Igualitarismo y democracia
A pesar de sus diferencias, Protágoras y Gorgias compartían una visión común sobre el papel del lenguaje y el conocimiento en la sociedad. Ambos sofistas defendían el uso del lenguaje como un saber en sí mismo, una herramienta esencial para el ejercicio de la política y la vida en democracia. Esta perspectiva igualitaria rompía con las jerarquías tradicionales, promoviendo un sistema donde el poder se basaba en la capacidad de argumentar y persuadir, no en el linaje o la riqueza.
El igualitarismo promovido por los sofistas se reflejaba en su enfoque pedagógico, que valoraba la educación como un medio para empoderar a los individuos y fomentar la participación ciudadana. En una democracia como la ateniense, donde el debate público era fundamental, la habilidad para hablar y convencer se convertía en una virtud cívica esencial. Este enfoque no solo transformó la educación, sino que también redefinió las relaciones de poder, desafiando las estructuras jerárquicas de la sociedad.
La visión igualitaria de los sofistas ha tenido un impacto duradero en la historia del pensamiento político, sentando las bases para el desarrollo de sistemas democráticos más inclusivos. Al abogar por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de la diversidad de perspectivas, Protágoras y Gorgias contribuyeron a una cultura política que valora el diálogo y la participación activa de todos los ciudadanos.
La retórica como instrumento moral según Gorgias
Gorgias, en su defensa de la retórica, sostenía que esta no era inherentemente buena o mala, sino que su valor dependía del uso que se hiciera de ella. En su obra "Elogio de Helena", Gorgias argumenta que la palabra es un poderoso soberano capaz de transformar la realidad, eliminando el temor, infundiendo alegría y aumentando la compasión. Para Gorgias, la retórica era un instrumento moral que podía elevar el espíritu humano, siempre y cuando se utilizara con integridad y responsabilidad.
La concepción de la retórica como un arte moral subraya la importancia del carácter y la intención en el uso del lenguaje. Gorgias creía que la habilidad para persuadir debía acompañarse de un sentido ético, evitando la manipulación y el engaño. Esta perspectiva desafía la crítica platónica, que veía en la retórica una forma de demagogia, y resalta el potencial positivo de la palabra cuando se emplea con sabiduría y justicia.
El enfoque de Gorgias sobre la retórica ha influido en la forma en que entendemos la comunicación y el liderazgo. Al destacar la dimensión ética del discurso, Gorgias nos recuerda que el poder de la palabra conlleva una responsabilidad, y que su uso puede contribuir al bienestar común o, por el contrario, perpetuar la injusticia. Esta visión sigue siendo relevante en el contexto actual, donde la comunicación juega un papel crucial en la política y la sociedad.

Sofística y democracia: una relación compleja
Crítica de Platón a los sofistas
Platón fue uno de los críticos más acérrimos de los sofistas, a quienes consideraba expertos en la manipulación del lenguaje para conseguir poder político. En sus diálogos, Platón presenta a Protágoras y Gorgias como figuras que, a través de la retórica, adiestraban a sus discípulos en el arte de la convicción, apelando a las emociones y miedos del pueblo. Para Platón, esta habilidad retórica conducía a la demagogia, un riesgo inherente a la democracia que, según él, facilitaba el ascenso de líderes poco virtuosos.
La crítica de Platón se centraba en la idea de que los sofistas, al priorizar la persuasión sobre la verdad, socavaban el fundamento moral de la política. En su opinión, la democracia, al dar voz a todos los ciudadanos, estaba expuesta a la trivialidad y la ignorancia, permitiendo que las pasiones prevalecieran sobre la razón. Esta visión pesimista de la democracia y la retórica ha tenido una influencia duradera en el pensamiento político, perpetuando una desconfianza hacia el poder de la palabra.
A pesar de las críticas de Platón, la sofística ha sido revaluada en tiempos modernos, reconociéndose su contribución al desarrollo del pensamiento crítico y la participación democrática. Los sofistas, al enfatizar la importancia del debate y la argumentación, sentaron las bases para una cultura política más abierta e inclusiva, donde el diálogo y la diversidad de opiniones son valorados como elementos esenciales de la vida pública.
Continuidad de las críticas a la democracia
Las críticas de Platón a los sofistas y a la democracia han perdurado a lo largo de los siglos, encontrando eco en diversos pensadores y movimientos políticos. La idea de que la democracia es vulnerable a la demagogia y la manipulación sigue siendo un tema recurrente en el debate político contemporáneo. Esta percepción se ha visto reforzada por el auge de los populismos, que a menudo recurren a tácticas retóricas para movilizar a las masas y consolidar su poder.
Sin embargo, la sofística ofrece una perspectiva alternativa que valora la participación ciudadana y la capacidad de argumentar como pilares de la democracia. Al promover el diálogo y el reconocimiento de la diversidad de perspectivas, los sofistas contribuyeron a una concepción más inclusiva y dinámica de la política, donde el poder se basa en la persuasión racional y no en la imposición autoritaria.
La continuidad de las críticas a la democracia refleja una tensión inherente entre el ideal democrático de igualdad y la realidad de las desigualdades sociales y políticas. A pesar de los desafíos, el legado de la sofística nos recuerda que la democracia es un proceso en constante evolución, que requiere un compromiso continuo con la participación activa y el respeto por la diversidad de opiniones.

El saber como dignidad: legado de los sofistas
Introducción de la cultura del mérito
Uno de los legados más significativos de los sofistas fue la introducción de la cultura del mérito en la sociedad griega. Al ofrecer una educación basada en el dominio del saber y la habilidad retórica, los sofistas promovieron un sistema donde el éxito se basaba en el talento y el esfuerzo individual, en lugar de los privilegios heredados. Este enfoque meritocrático transformó las dinámicas sociales, permitiendo una mayor movilidad y acceso a posiciones de poder para aquellos que demostraban capacidad y dedicación.
La cultura del mérito defendida por los sofistas rompía con la tradición aristocrática que vinculaba el estatus social con el linaje. Al valorar la educación y el conocimiento como medios para alcanzar el éxito, los sofistas sentaron las bases para una sociedad más igualitaria, donde el reconocimiento se basaba en el mérito y no en la cuna. Este cambio de paradigma tuvo un impacto duradero en la historia del pensamiento político, influyendo en el desarrollo de sistemas democráticos más inclusivos.
El legado de la cultura del mérito promovida por los sofistas sigue siendo relevante en la actualidad, donde la igualdad de oportunidades y el reconocimiento del talento individual son valores centrales en muchas sociedades. Al desafiar las estructuras jerárquicas y abogar por un sistema basado en el mérito, Protágoras y Gorgias contribuyeron a una concepción más dinámica y justa de la política y la sociedad.

Desarrollo profesional entre los sofistas
Los sofistas, al introducir la idea de la profesión y la dignidad profesional, transformaron la concepción del conocimiento y la educación en la sociedad griega. Al enseñar habilidades prácticas y retóricas, ofrecían a sus discípulos la posibilidad de desarrollarse profesionalmente, independientemente de su origen social. Este enfoque educativo no solo proporcionaba herramientas para el éxito personal, sino que también fomentaba una cultura de responsabilidad y compromiso con el bien común.
El desarrollo profesional promovido por los sofistas se basaba en la idea de que el conocimiento debía ser accesible a todos, y que su dominio permitía a los individuos contribuir de manera significativa a la sociedad. Al enfatizar la importancia de la educación y el aprendizaje continuo, los sofistas sentaron las bases para una cultura del saber que valoraba la innovación y el progreso.
El legado del desarrollo profesional entre los sofistas sigue siendo relevante en el mundo actual, donde la educación y la formación son vistas como elementos clave para el crecimiento personal y social. Al promover una cultura del saber basada en el mérito y la igualdad de oportunidades, Protágoras y Gorgias contribuyeron a una visión más inclusiva y dinámica de la sociedad, donde el conocimiento es reconocido como un bien común y un motor de cambio.
Referencias
- G. Colli, El nacimiento de la filosofía (Tusquets, 2009).
- Jacqueline Romilly, Los grandes sofistas de la Atenas de Pericles (Gredos, 2010).
* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Historia
 
	
	 
						 
	
	 
	
	 
	
	