El cañón "El Caminante" es mucho más que una simple pieza de artillería; es un símbolo perdurable de la historia militar y colonial de Melilla. Su relevancia radica no solo en su poder destructivo, sino en su papel crucial en la definición del territorio melillense durante un momento crítico del siglo XIX. En 1862, en un acto que fusiona la precisión técnica con la diplomacia militar, el disparo de "El Caminante" fue utilizado para trazar la frontera entre Melilla y Marruecos, una línea que continúa siendo una de las más emblemáticas en la historia de la ciudad.

Melilla estaba en un periodo de expansión y consolidación de su territorio en el contexto de la Guerra de África (1859-1860). Este conflicto con el sultanato de Marruecos llevó a la firma del Tratado de Wad-Ras en 1860, donde se acordaron los términos para la delimitación de las fronteras. El disparo de "El Caminante", realizado desde el Fuerte de Victoria Grande, fue un acto simbólico y práctico que permitió fijar de manera precisa los límites territoriales, lo que ofreció a Melilla una mayor seguridad frente a las incursiones de las tribus locales y consolidó su control sobre una franja de terreno adicional.

La elección del cañón "El Caminante" no fue casual. Este cañón de 24 libras representaba la tecnología militar de la época y fue esencial para definir el alcance exacto del territorio bajo soberanía española. Su disparo no solo determinó un límite físico, sino que también marcó una frontera geopolítica que, a pesar de las tensiones y conflictos posteriores, ha perdurado con algunas variaciones hasta nuestros días.
La Guerra de África (1859-1860)
La Guerra de África comenzó en octubre de 1859, cuando España, bajo el reinado de Isabel II, decidió intervenir militarmente tras un incidente en la frontera de Ceuta, en el que soldados marroquíes atacaron posiciones españolas. Este conflicto se inscribía en un contexto más amplio de rivalidades coloniales en el Mediterráneo y el norte de África, donde las potencias europeas buscaban ampliar su influencia. España, en particular, deseaba asegurar y expandir sus posesiones en el norte de África para protegerse de las incursiones de las tribus locales y reafirmar su presencia en la región.
Durante el conflicto, las tropas españolas, comandadas por el general Leopoldo O'Donnell, lograron importantes victorias, incluyendo la captura de Tetuán en 1860. Este éxito militar llevó a la firma del Tratado de Wad-Ras el 26 de abril de 1860, en el cual Marruecos, representado por el sultán Mohammed IV, cedió territorios y aceptó las condiciones impuestas por España para establecer nuevas fronteras alrededor de sus enclaves en el norte de África

El tratado de Wad-Ras
El Tratado de Wad-Ras, también conocido como el Tratado de Tetuán, fue un acuerdo crucial que puso fin a la guerra y delineó nuevas fronteras para las posesiones españolas. Según este tratado, Marruecos cedía a España un territorio adicional alrededor de Melilla y Ceuta, que sería determinado por el alcance de un disparo de cañón, dando así origen al simbolismo del cañón "El Caminante".
Las figuras clave
Isabel II de España fue una figura central en la política española de la época, y su reinado estuvo marcado por varios conflictos internacionales, incluyendo la Guerra de África. Su objetivo era consolidar el imperio español y proteger sus intereses en el norte de África, un territorio que siempre había sido visto como estratégico para la defensa del sur de la península ibérica.
Por otro lado, Mohammed IV, sultán de Marruecos, se encontraba en una posición complicada. Aunque su reino era nominalmente independiente, estaba bajo la presión constante de las potencias europeas que buscaban expandir sus colonias en África. La derrota en la Guerra de África y la consiguiente firma del Tratado de Wad-Ras significaron una considerable pérdida de territorio y control para Marruecos, lo que marcó el inicio de una época de creciente influencia europea en el país.
El disparo de “El Caminante”
El 13 de junio de 1862, las autoridades españolas, junto con un grupo de ingenieros y militares, se reunieron en el Fuerte de Victoria Grande, una fortificación clave en Melilla. La misión era clara: realizar un disparo con el cañón "El Caminante" que definiría la extensión territorial cedida a España por Marruecos según lo estipulado en el Tratado de Wad-Ras.
El cañón elegido para esta tarea, conocido como "El Caminante", era una pieza de artillería de 24 libras, un tipo de cañón comúnmente utilizado en la época. Su capacidad de disparo, alcance y precisión lo convertían en el candidato ideal para esta misión. Los ingenieros militares trabajaron meticulosamente para asegurarse de que el cañón estuviera en las mejores condiciones, conscientes de que cualquier error podría alterar significativamente el trazado de la frontera.
El 14 de junio de 1862, se llevó a cabo el primer disparo desde el Fuerte de Victoria Grande, con la bala de cañón pintada de blanco para facilitar su localización en el terreno. Este disparo inicial, realizado con una elevación de 21 grados y la carga máxima permitida por el cañón, alcanzó una distancia de aproximadamente 2.900 metros, cayendo en la zona de Frajana, en las cercanías de Melilla. Este punto fue crucial para la posterior demarcación de la frontera.

Sin embargo, la precisión requerida para esta tarea hizo que los ingenieros realizaran varios disparos adicionales en los días siguientes. Se llevaron a cabo disparos los días 15, 16, 17 y 18 de junio, cada uno cuidadosamente calculado y registrado para garantizar que la frontera se trazara con la máxima exactitud posible. Finalmente, se decidió utilizar la ubicación del primer disparo como la referencia principal para la frontera, dado que cumplía con los requisitos de seguridad y visibilidad desde la fortificación
El destino de “El Caminante”
Después de su uso en la demarcación fronteriza, "El Caminante" permaneció en Melilla durante algún tiempo, probablemente en su lugar original en el Fuerte de Victoria Grande, desde donde se realizó el famoso disparo. Sin embargo, con el paso de los años y los cambios en las necesidades militares y de defensa, el cañón fue movido y su rastro se ha perdido.
A diferencia de otras piezas históricas, que han sido preservadas en museos o monumentos, "El Caminante" no cuenta con registros que indiquen su destino final. No existe documentación clara que explique si fue trasladado a otra ubicación, almacenado, o incluso fundido, como fue el destino de muchas piezas de artillería que cayeron en desuso. Este vacío en la información ha convertido al cañón en un objeto casi legendario, cuyo paradero es un enigma para historiadores y aficionados por igual.
Existen varias teorías sobre lo que pudo haber sucedido con "El Caminante". Una de las más comunes es que el cañón pudo haber sido retirado del servicio y fundido, ya que muchas armas antiguas fueron recicladas durante las décadas siguientes para otros fines, especialmente en momentos de necesidad bélica o económica. Esta teoría, sin embargo, no ha sido confirmada, ya que no existen registros específicos que documenten la fundición del cañón.
Otra posibilidad es que el cañón haya sido trasladado fuera de Melilla, quizás a otra fortificación o incluso a la península, pero, nuevamente, no hay evidencias que respalden esta idea. El hecho de que no haya un registro claro o una referencia precisa en archivos militares ha alimentado la leyenda en torno a "El Caminante", haciéndolo parte del imaginario colectivo de la historia de Melilla.

Una de las historias populares que más llama la atención es que el cañón acabó formando parte de los leones de Las Cortes. Tal vez la confusión provenga de que se usaron cañones de la batalla de Wad-Ras.
Puedes ver un hermano de “El Caminante”
El cañón "Calabrino" es una pieza de artillería histórica que comparte una relación simbólica y funcional con "El Caminante" en la defensa de Melilla durante el siglo XIX. Este cañón, ubicado en el Museo Histórico Militar de Melilla, formó parte del conjunto de armamento pesado que aseguraba la protección de la ciudad frente a las amenazas externas, particularmente en el contexto de las tensiones con las cabilas rifeñas y otros conflictos regionales.
