Se expone por primera vez al público el cofre de ámbar y marfil de Belmonte Piceno, una pieza única del siglo VI a.C.

Hallado en la homónima necrópolis prerromana, el cofre de Belmonte Piceno es un hallazgo arqueológico único que revela la riqueza de la cultura picena antigua.
Cofre
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto. Cofre de Belmonte Piceno. Fuente: Direzione Regionale Musei Marche - Cogre de marfil y ámbar

La necrópolis itálica de Belmonte Piceno es uno de los enclaves más significativos de la antigua cultura picena. Durante la campaña de excavación de 2018, los arqueólogos recuperaron un objeto que ha transformado por completo la interpretación del yacimiento: un pequeño cofre de marfil y ámbar de una calidad artística excepcional. Gracias a las modernas técnicas de investigación, pudo extraerse la pieza en bloque, restaurarla y ponerla a disposición tanto de la comunidad científica como del público general. Así, podemos admirar de nuevo un objeto que permaneció oculto durante más de 2.600 años.

Esfinges y héroes de ámbar y marfil: una obra maestra que no tiene paralelo

El cofre destaca tanto por la rareza de sus materiales como por su extraordinaria factura técnica. Está compuesto por placas de marfil finamente labradas y por elementos de ámbar tallado. La tapa presenta cuatro esfinges con alas delicadamente recortadas, cuyos rostros y algunos detalles se elaboraron en ámbar para potenciar su expresividad gracias a la transparencia del material.

En el cuerpo del cofre se distribuyen dieciocho figurillas trabajadas con una minuciosidad sorprendente. Estas pequeñas escenas, organizadas en metopas, representan motivos figurativos de gran dinamismo narrativo. En la parte superior, aparecen personajes de elevada posición social o, quizá, divinidades, que se vinculan a ceremonias aristocráticas o a ritos de prestigio. En la parte inferior, el conjunto se transforma en un auténtico ciclo heroico: el enfrentamiento entre Perseo y Medusa, el traslado de Aquiles por Áyax, Casandra representada junto a Príamo y la estatua de Atenea y otras escenas inspiradas en episodios trágicos de la épica griega.

La iconografía sugiere una lectura simbólica profunda del cofre. Según los investigadores, todas las imágenes evocan la fragilidad tanto de los héroes como de los mortales ante la muerte, un mensaje que adquiere mayor relevancia se se considera que la pieza procede de un contexto funerario.

Cofre de Belmonte Piceno
Cofre de Belmonte Piceno. Fuente: Direzione Regionale Musei Marche

Un cofre que revela conexiones culturales a larga distancia

La presencia de este objeto en territorio piceno, un área que se corresponde con las zonas actuales de Las Marcas y el norte de Abruzos, habla de contactos y redes de intercambio mucho más ricas e intensas de lo que se había supuesto. El marfil y el ámbar, materiales de prestigio y, por tanto, de difícil adquisición, señalan la existencia de élites locales con capacidad para acceder a bienes de lujo procedentes de los circuitos mediterráneos. Al mismo tiempo, la iconografía heroica del cofre sugiere, según los expertos, que los picenos adoptaron, reinterpretaron y resignificaron los mitos de origen griego dentro de su propio marco cultural.

El hallazgo, por otro lado, también ha obligado a los arqueólogos a reconsiderar la historia de la propia tumba donde apareció el cofre. Aunque la sepultura ya se conocía desde principios del siglo XX, solo las campañas recientes permitieron recuperar elementos inexplorados hasta ahora.

Cofre Belmonte Piceno
Detalle. Fuente: Direzione Regionale Musei Marche

La restauración que devolvió la vida a un tesoro olvidado

Para recuperar el cofre, los arqueólogos tuvieron que recurrir a un proceso técnico extremadamente delicado. El ámbar, material frágil y muy sensible a los cambios de humedad y temperatura, presentaba un estado de conservación vulnerable. La intervención permitió consolidar su superficie, eliminar los sedimentos antiguos y recuperar los efectos de translucidez que caracterizan las figurillas taraceadas.

El marfil, por su parte, requería un tratamiento completamente diferente para evitar tensiones y deformaciones. La combinación de ambos materiales, de propiedades diferentes, en una sola pieza requirió un enfoque multidisciplinar. A pesar de las dificultades, la intervención ha resultado exitosa y, por primera vez desde su descubrimiento, es posible apreciar la complejidad original del cofre como la concibió el artesano del siglo VI a.C. La restauración, además, no solo ha permitido recuperar el aspecto estético del objeto, sino también identificar detalles iconográficos antes invisibles, como la presencia de incisiones minúsculas en el reverso de las figurillas y las estrategias técnicas empleadas para fijar el ámbar sobre las placas de marfil.

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Recreación fantasiosa de un cofre. Fuente: Midjourney/Erica Couto.

La primera exposición pública: un acontecimiento cultural

La exhibición pública del cofre en un espacio museístico constituye un hito para el patrimonio arqueológico de la región. La exposición, organizada con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio, permite contemplar esta pieza, por primera vez en la historia, fuera del laboratorio. Su presencia en una de las salas del Museo Arqueológico Nacional de Las Marcas y Ancona ofrece a investigadores, estudiantes y visitantes la oportunidad de observar de cerca una obra maestra de la artesanía antigua. La exposición temporal estará abierta al público hasta el 6 de enero de 2026 y forma parte de un amplio esfuerzo institucional destinado a promover la cultura arqueológica.

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Recreación fantasiosa de un cofre. Fuente: Midjourney/Erica Couto.

Un objeto que resurge tras más de dos milenios

El cofre de Belmonte Piceno se ha convertido en un elemento clave para comprender el desarrollo social y cultural de la región durante el siglo VI a.C. Su iconografía revela conexiones simbólicas profundas entre el mundo local y el imaginario mediterráneo, mientras que los materiales con los que se fabricó apuntan a intercambios comerciales y redes de prestigio que alcanzaban largas distancias. Su calidad técnica, por otra parte, demuestra la existencia de artesanos (o el contacto con talleres foráneos) capaces de operar con una maestría extraordinaria.

En conjunto, la pieza transforma la visión tradicional sobre el papel de los picenos en los contactos interculturales del Mediterráneo antiguo, y los sitúa como participantes activos en la circulación de ideas, objetos y símbolos. Hoy, gracias a la recuperación, restauración y difusión del cofre de Belmonte Piceno, podemos comprender mejor cómo una pequeña comunidad del Adriático antiguo dialogaba con los grandes relatos del Mediterráneo y elaboraba objetos que fusionaban técnica, mito y prestigio.

Referencias

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