Esta sorprendente hipótesis conecta miles de agujeros del paisaje andino con la contabilidad y los mercados de trueque del reino chincha y el Imperio inca

Un revolucionario estudio propone que Monte Sierpe, una obra única en el paisaje andino, sirvió como espacio de contabilidad y comercio para los chinchas y los incas.
Monte Sierpe
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto. Monte Sierpe. Fuente: J.L. Bongers; C. Stanish - Paisaje y contabilidad

En la vertiente norte del valle de Pisco, en el extremo sur de la costa peruana, existe un paisaje arqueológico que desconcierta a los especialistas desde hace décadas. Se trata de la Band of Holes o Banda de agujeros, también conocida como Monte Sierpe, una franja artificial de 1,5 km de largo compuesta por unos 5200 agujeros excavados y dispuestos en líneas ordenadas.

Aunque el propósito de esta singular obra humana ha permanecido en la sombra, los nuevos datos presentados por J. L Bongers y su equipo apuntan a una hipótesis sólida. Según los investigadores, Monte Sierpe habría funcionado como un sistema indígena de contabilidad y de intercambio integrado en el paisaje, primero en el reino Chincha y después bajo la administración inca.

Monte Sierpe
Área de estudio. Fuente: Bongers et al. 2025

El contexto político y económico del reino Chincha

El funcionamiento de Monte Sierpe solo puede entenderse dentro de la compleja organización del reino Chincha, una de las entidades políticas más poderosas de la costa sur del Perú entre los siglos XI y XV. Las fuentes coloniales, como los escritos de Pedro Cieza de León, ya describían la región como extremadamente productiva, capaz de sostener una agricultura a gran escala gracias a los sedimentos renovados por los ríos y al uso del fertilizante más codiciado de la costa: el guano de las islas Chincha. Esta riqueza se refleja en la estimación de su población: más de 100000 habitantes, de los cuales unos 30000 habrían sido tributarios.

El reino se caracterizaba por una marcada especialización económica. Los chincha fueron célebres por sus comerciantes marítimos, capaces de navegar largas distancias en balsas y mantener redes de intercambio que unían la costa con las tierras altas a través de caravanas de llamas. Aunque los artesanos, los agricultores, los pescadores y los mineros formaban comunidades diferenciadas, estas se integraban en un sistema político altamente centralizado.

Cuando los incas incorporaron el territorio en el siglo XV, reorganizaron estas poblaciones y establecieron mecanismos de control y de tributación. La importancia del reino Chincha era tal que, durante el encuentro de Cajamarca en 1532, el señor chincha fue, junto al líder inca, el único personaje que se transportó en litera. Esta continuidad en el prestigio político favoreció que ciertas infraestructuras preexistentes pudieran integrarse dentro del aparato administrativo incaico.

Monte Sierpe
Monte Sierpe en una fotografía de 1933. Fuente: American Natural History Museum; AMNH Library negativo n.º 334709

Un paisaje construido para la interacción

Monte Sierpe se ubica en un cruce geográfico fundamental: el corredor entre la costa y las tierras altas, en la ruta que enlazaba Tambo Colorado con Lima La Vieja, dos centros administrativos incas. La posición en la chaupi yunga —la zona de transición ecológica entre el desierto costero y los valles serranos— la convertía en un punto estratégico para el acceso a las tierras agrícolas, las rutas comerciales y los recursos minerales.

La banda de agujeros, de entre 14 y 22 metros de ancho, se organiza en unos 60 segmentos separados por pasillos transversales que facilitan la circulación. Cada segmento presenta patrones numéricos precisos, como filas consecutivas de siete u ocho agujeros, alternancias regulares y bloques que proporcionan cantidades exactas. Esta regularidad resulta tan llamativa que los investigadores la han comparado con el quipu procedente de la región de Pisco, cuyos cordeles, agrupados en series repetidas, sugieren una lógica matemática similar.

La datación por radiocarbono de material orgánico procedente de un agujero, que apunta a fechas entre 1320 y 1405 d.C., confirma que el yacimiento fue activo durante el Periodo Intermedio Tardío y continuó en uso durante el Horizonte Tardío incaico. La cerámica chincha e inca localizada en superficie, además, confirma esta datación.

Cerámicas prehispánicas
Cerámicas prehispánicas en Monte Sierpe. Fuente: J. Larios; C. Stanish; J.L. Bongers; J. Osborn

¿Qué revelan los microrrestos vegetales?

Las muestras de sedimento extraídas de 21 puntos del sitio han proporcionado datos fundamentales para sustentar la hipótesis. El análisis palinológico y microbotánico muestra la presencia de plantas cultivadas de gran importancia económica, como el maíz (Zea mays), junto con restos de cucurbitáceas, amaranto, especies de solanáceas, fibras vegetales y polen de sauce criollo (Salix humboldtiana). La variedad de taxones presentes, muchos de ellos autógamos o transportados por insectos, indica que los restos no llegaron allí por deposición natural, sino transportados por los seres humanos, muy probablemente en cestas, fardos o sacos de fibras vegetales.

El hallazgo de polen de espadaña (Typha), una planta utilizada para confeccionar esteras y cestería, refuerza esta interpretación. Los investigadores sugieren que muchas de las plantas identificadas pudieron llegar a Monte Sierpe adheridas a los contenedores o como parte de los propios productos intercambiados o almacenados. Además, los arqueólogos han podido confirmar que los agujeros no se utilizaron para cultivar, ya que la zona carece de agua superficial suficiente. Las hipótesis de interpretación previas de la banda, como la defensa, la captación de niebla, la minería o la función funeraria, no encuentran apoyo en los datos.

Quipu
Quipu encontrado en las cercanías de Pisco. Fuente: Ethnologisches Museum, Staatliche Museen zu Berlin/Claudia Obrocki

Monte Sierpe como mercado de trueque chincha

Durante el Periodo Intermedio Tardío, el dinamismo económico de los chincha permite pensar en la posibilidad de que Monte Sierpe funcionara como un mercado de trueque periódico. Las rutas que convergen en el lugar, la concentración de núcleos de población con actividades económicas especializadas y la ausencia de moneda en los Andes prehispánicos parecen sustentar la hipótesis. Según apuntan los expertos, en los mercados sin moneda, la clave para el intercambio de bienes se basa en la equivalencia. Las unidades de medida deben ser visibles, públicas y estandarizadas, exactamente como parece ilustrar la disposición regular y numerada de los agujeros.

Los productos intercambiados habrían sido de origen local, como el maíz, el algodón, las frutas costeñas y las fibras vegetales, transportados por comerciantes marítimos o caravanas de llamas. Según esta hipótesis, la concentración de los bienes de intercambio en estos depósitos ordenados habría permitido evaluar rápidamente la disponibilidad de bienes y, con ello, habría facilitado los acuerdos ritualizados de reciprocidad y equivalencia.

Polen de Monte Sierpe
Muestras de polen. Fuente: C. Kiahtipes

Monte Sierpe como dispositivo contable inca

Tras la incorporación del territorio al Imperio inca, Monte Sierpe pudo haber cambiado de función. La estructura decimal del sistema administrativo imperial, basada en agrupaciones de 10, 50, 100 y 1000 tributarios, se asemeja notablemente a los patrones repetidos de 7, 8, 10, 11 o 12 agujeros del yacimiento. Los autores, por tanto, proponen que cada segmento de la banda pudo corresponder a una unidad de tributación, vinculada a un aillu o comunidad concreta.

Esta idea cobra fuerza al compararse Monte Sierpe con ciertos espacios de clasificación de productos en Inkawasi, donde se documentaron cuadrículas en el suelo para contabilizar las cosechas, a menudo asociadas a los quipus. El paralelismo entre el ordenamiento espacial de Monte Sierpe y el quipu de Pisco sugiere una misma lógica de registro y operación aritmética, adaptada al paisaje mediante la intervención humana. De este modo, los agujeros habrían funcionado como receptáculos temporales de los tributos agrícolas antes de ser redistribuidos hacia los centros administrativos incas.

Monte Sierpe
Monte Sierpe. Fuente: J.L. Bongers; C. Stanish

Economía y paisaje

Los datos reunidos por el estudio aportan una interpretación coherente y respaldada por múltiples líneas de evidencia. Monte Sierpe, por tanto, habría funcionado primero como un mercado de trueque bajo el reino chincha y, en un segundo momento, como un dispositivo contable para la gestión de tributos durante el dominio inca. Esta lectura recupera el valor de las tecnologías indígenas de registro y gestión económica —a menudo eclipsadas por narrativas pseudoarqueológicas— y resitúa a Monte Sierpe no como un misterio inexplicable, sino como un ejemplo extraordinario de la integración del paisaje, la economía y la matemática.

Referencias

  • Bongers, J. L., C. A. Kiahtipes, D. Beresford-Jones, et al. 2025. "Indigenous accounting and exchange at Monte Sierpe (‘Band of Holes’) in the Pisco Valley, Peru". Antiquity:1-19. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2025.10237

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