Un descubrimiento arqueológico único podría confirmar cómo las poblaciones centroeuropeas de la Edad del Hierro practicaron la trepanación

Las pruebas materiales de que se practicó la trepanación en la Europa prerromana se expanden tras el descubrimiento de esta antigua herramienta de hierro en el yacimiento de Łysa Góra
Trepanación
Cráneo trepanado procedente de Corseaux. Fuente: Rama/Wikimedia. Hipotético instrumento de trepanación. Fuente: Bartłomiej Kaczyński - Instrumento de trepanación

¿Qué pruebas tenemos de que nuestros antepasados practicaran perforaciones en el cráneo con fines terapéuticos y rituales? El reciente hallazgo en Polonia de una herramienta de hierro de 2.300 años de antigüedad ha avivado un intenso debate sobre las prácticas médicas de las comunidades centroeuropeas de la Edad del Hierro. El descubrimiento, realizado en un asentamiento del sur del país, sugiere que las comunidades de la cultura de La Tène pudieron conocer y aplicar técnicas de trepanación en la Europa prerromana.

Un posible instrumento quierúrgico que reescribe la historia médica europea

Los datos procedentes del yacimiento polaco de Łysa Góra cobran un sentido aún más profundo cuando se correlacionan con el abundante registro de trepanaciones prehistóricas documentado en el territorio polaco durante más de 4.500 años de historia. El estudio osteológico de estos cráneos demuestra que la trepanación no solo estuvo presente en Polonia durante milenios, desde el Neolítico tardío hasta la Edad Moderna, sino que, en muchos casos, se practicó con notable éxito quirúrgico. La convergencia entre ambos conjuntos de evidencias, por tanto, permite situar el instrumento hallado en una tradición médica más larga y rica.

Instrumento de trepanación
Este instrumento de metal pudo haber servido para trepanar el cráneo. Fuente: Bartłomiej Kaczyński

¿Una herramienta concebida para abrir el cráneo? El hallazgo de 2.300 años

El objeto apareció en el asentamiento fortificado de un grupo asociado a la cultura de La Tène, ocupado entre los siglos III y II a. C. Se trata de un utensilio de hierro, cuyo extremo puntiagudo y su forma alargada han llevado a los investigadores a identificarlo como un instrumento quirúrgico empleado para perforar o serrar el cráneo. Su morfología coincide con la de algunas herramientas que, históricamente, se utilizaron en contextos médicos premodernos para aliviar presiones internas, drenar infecciones o tratar traumatismos.

El instrumento, que se depositó junto a otros objetos de carácter utilitario, sin componentes rituales asociados, sugiere una función práctica. La interpretación médica no se basa únicamente en la forma del utensilio. En la hipótesis formulada por los investigadores, pesa la constatación de que los pueblos centroeuropeos de la Edad del Hierro poseían amplios conocimientos metalúrgicos y un dominio técnico capaz de producir instrumentos especializados.

El descubrimiento adquiere especial relevancia porque, hasta el momento, no existían pruebas directas de instrumental quirúrgico de la época que pudiese relacionarse con la trepanación en esta región de Europa. Aunque se habían documentado trepanaciones en cráneos europeos de la Edad del Hierro, la ausencia de instrumental asociado impedía determinar si el procedimiento formaba parte de una tradición médica estable o si, por el contrario, se trataba de prácticas aisladas. Según los arqueólogos, pues, la pieza de Łysa Góra constituiría la primera evidencia material que vincula directamente a las comunidades centroeuropeas de la Edad del Hierro con la posible ejecución de trepanaciones.

Cráneo trepanado
Cráneo trepanado encontrado en Corseaux, Suiza. Fuente: Rama/Wikimedia

Trepanaciones a lo largo de milenios: el contexto polaco

En lo que respecta a la trepanación, el horizonte polaco ofrece datos esenciales para interpretar el hallazgo. El estudio sistemático de seis cráneos procedentes de diferentes yacimientos del país, fechados entre el Neolítico tardío y la Edad Moderna, ha demostrado que la trepanación se practicó en Polonia durante más de cuatro milenios, con métodos y finalidades diversas.

Los cráneos más antiguos, como el procedente de la cultura de las ánforas globulares (3000–2800 a. C.), muestran técnicas basadas en el aserrado de la bóveda craneal. Ejecutadas con una precisión notable, estas intervenciones parecen demostrar que las poblaciones antiguas conocían bien los riesgos de intervenir en zonas sensibles. En otros individuos de época medieval y moderna, las trepanaciones se asocian a traumatismos craneales, en ocasiones muy extensos. Esta evidencia apunta a que la intervención se realizaba con un claro propósito terapéutico: drenar infecciones, aliviar la presión intracraneal o retirar fragmentos óseos dañados.

Lo más llamativo es que todas las trepanaciones analizadas presentaban signos completos de cicatrización, prueba de que los pacientes sobrevivieron tras la operación. En varios casos, los especialistas que las practicaron incluso consiguieron evitar la perforación de la tabla interna del cráneo. A ojos contemporáneos, esto demuestra una destreza quirúrgica sorprendente. Esta evidencia osteológica revela que las comunidades del actual territorio polaco no sólo conocieron la trepanación, sino que la perfeccionaron a lo largo del tiempo.

Excavación en Łysa Góra
Excavación. Fuente: Łysa Góra Rembielin

La Edad del Hierro en perspectiva: una tradición quirúrgica más compleja de lo esperado

El instrumento recuperado en el yacimiento sugiere que las comunidades celtas centroeuropeas pudieron formar parte de una tradición quirúrgica mucho más extensa. Las trepanaciones polacas de épocas posteriores muestran, según los expertos, una evolución clara: de las intervenciones de alto riesgo y motivación incierta se pasa a las operaciones con objetivos terapéuticos bien definidos. Es posible que las comunidades de la Edad del Hierro estuvieran situadas en un punto intermedio de esta evolución. Aunque todavía no se han hallado cráneos trepanados en el asentamiento de Łysa Góra, el registro arqueológico polaco parece demostrar que se conocían las técnicas necesarias para practicar la trepanación.

La coexistencia en la región de comunidades con diferentes tradiciones médicas hace plausible que se produjeran intercambios de saberes quirúrgicos. Según los investigadores, el hallazgo en Polonia no debe entenderse como un fenómeno aislado. Al contrario. Formaría parte de una red de prácticas médicas que, a lo largo de milenios, combinó tradición local, innovación y transmisión técnica.

Casco celta
Casco hallado en una campaña de excavación anterior. Fuente: B. Kaczyński/State Archaeological Museum

Entre el metal y el hueso, una historia de continuidad

El descubrimiento de un instrumento metálico de 2.300 años revela que las poblaciones centroeuropeas de la Edad del Hierro pudieron practicar la trepanación con herramientas especializadas. Cuando se sitúa dentro de la larga tradición polaca de trepanaciones documentadas, con casos que demuestran la supervivencia del paciente y la puesta en práctica de técnicas quirúrgicas depuradas, el hallazgo adquiere un significado profundo. Podríamos estar, por tanto,ante un eslabón crucial en una cadena de conocimientos médicos transmitidos a lo largo de milenios.

Referencias

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