La propiedad industrial impulsa la agroalimentación: el motor silencioso que refuerza la competitividad de un sector clave en Europa

PONS IP lidera una transformación clave en el sector agroalimentario español, donde la propiedad industrial se convierte en el nuevo motor de competitividad e innovación.
La protección del conocimiento impulsa la transformación tecnológica del sector agroalimentario en España
La protección del conocimiento impulsa la transformación tecnológica del sector agroalimentario en España

En pleno corazón de Madrid, en la sede de la Fundación PONS, se ha lanzado un mensaje que podría cambiar para siempre la forma en que entendemos el futuro del campo español. No se trata de un nuevo abono milagroso ni de una maquinaria de última generación, sino de algo mucho más intangible: la propiedad industrial. Esa herramienta legal que protege las ideas y la innovación está actuando como palanca de transformación en un sector que, hasta hace poco, parecía vivir al margen de la revolución tecnológica.

Durante la jornada organizada por PONS IP y la Plataforma Tecnológica de Biotecnología Vegetal (BIOVEGEN), más de 70 profesionales del ecosistema agroalimentario, la inversión y la innovación se dieron cita para analizar cómo la protección del conocimiento se ha convertido en un factor clave para hacer del sector agroalimentario español no solo competitivo, sino líder en Europa. Como subrayó Nuria Marcos, directora general de PONS IP, “la protección adecuada de los resultados de investigación y desarrollo mediante patentes, modelos de utilidad, variedades vegetales o secreto empresarial puede ser una de las claves para asegurar una posición competitiva en la explotación comercial de las innovaciones”.

Y los datos respaldan ese diagnóstico. Según el “Observatorio Agroalimentario Español 2024” y el “Mapeo del Ecosistema Agrotech España 2024”, el sector agroalimentario representa ya el 8,6 % del PIB nacional y el 11,5 % del empleo, con más de 2,5 millones de trabajadores. En solo un año, el valor añadido bruto del sector alcanzó los 125.160 millones de euros, un crecimiento del 3,9 % respecto al ejercicio anterior. Las exportaciones agroalimentarias también marcaron un récord histórico, con 76.356 millones de euros, un 5,9 % más que en 2023.

La propiedad industrial se consolida como clave para atraer inversión y exportar innovación en agroalimentación
La propiedad industrial se consolida como clave para atraer inversión y exportar innovación en agroalimentación

Pero el verdadero cambio de paradigma no está solo en las cifras, sino en la naturaleza de lo que se está produciendo. España ha pasado de exportar producto a exportar tecnología aplicada al agro, un salto cualitativo que se apoya sobre un ecosistema cada vez más sólido de startups, centros tecnológicos, universidades y plataformas de innovación. La propiedad industrial es la pieza invisible que conecta todos estos elementos, transformando conocimiento en valor económico real.

Durante la mesa redonda “La gestión de IP como herramienta clave de negocio en agro”, quedó claro que sin una estrategia de protección adecuada no hay transferencia tecnológica sostenible. Los expertos que participaron en el debate coincidieron en que “una adecuada estrategia de protección de la innovación en el sector y una mirada a largo plazo es determinante para atraer inversión y facilitar la transferencia tecnológica”. Y no es una afirmación teórica. El ecosistema español de agrifoodtech recibió 179 millones de euros en inversión durante 2024. A la vez, el empleo en este ámbito creció un 4,8 %, con un dato que sorprendió incluso a los organizadores del evento: el 57 % de las startups cuentan con al menos una mujer fundadora en sus equipos directivos, una proporción notable en un sector históricamente masculinizado.

Una de las secciones más vibrantes de la jornada fue el escaparate de empresas disruptivas en agroalimentación, presentado por el periodista César Marcos. Allí quedó patente el salto cualitativo que está viviendo el campo español. Una de las protagonistas fue TRICOPHARMING, que utiliza biotecnología vegetal para mejorar los cultivos a través del uso de microARNs y la estimulación de tricomas, lo que permite incrementar la producción sostenible de compuestos de alto valor. También se presentó EKONOKE, una startup pionera en agricultura vertical que ha logrado producir lúpulo en interiores, garantizando así una agricultura resiliente frente al cambio climático.

España refuerza su papel en Europa gracias a un ecosistema agroalimentario cada vez más innovador y competitivo
España refuerza su papel en Europa gracias a un ecosistema agroalimentario cada vez más innovador y competitivo

Otras propuestas innovadoras llegaron desde la biotecnología forestal y la micología aplicada, como en el caso de ID FOREST, que desarrolla soluciones para la truficultura tecnológica, biofertilizantes y biomateriales. También sorprendió BISARI, una joven empresa que aplica Internet de las Cosas, inteligencia artificial y biotecnología para optimizar la polinización y aumentar el rendimiento de los cultivos. Por su parte, BIOCEANICS, una spin-off universitaria, ha desarrollado un método para producir aceites Omega-3 a partir de microalgas, lo que abre la puerta a alternativas veganas y más sostenibles para la industria alimentaria y nutracéutica.

Pero fue PHOENIX la que más atención generó entre los asistentes. Esta startup ha desarrollado una tecnología basada en organismos vivos que transforma residuos orgánicos en proteínas para alimentación animal y fertilizantes naturales. Un proceso de bioconversión eficiente que no solo añade valor a lo que antes era desecho, sino que ofrece una vía concreta hacia una economía circular real.

Todo esto ocurre sobre una base muy concreta: una red de más de 850 startups agrotech activas en el país, muchas de ellas ubicadas en comunidades como Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. Estas empresas emergen en un ecosistema sostenido por 50 universidades especializadas, 20 parques tecnológicos, 24 clústeres sectoriales y siete plataformas tecnológicas, como la propia BIOVEGEN. Es una estructura que ha madurado en silencio, pero que hoy representa una fuerza con potencial de impacto global.

Para Gonzaga Ruiz de Gauna, gerente de BIOVEGEN, el mensaje está claro: “el sector de la producción vegetal es transversal, estratégico para España y competitivo a nivel internacional, pero afronta retos de presión productiva, cambio climático y relevo generacional que solo se superan con tecnología, innovación, atracción de talento y protección del conocimiento”. En otras palabras, el futuro del agro no depende únicamente del clima o del precio del agua, sino de la capacidad del país para proteger, financiar y escalar sus propias ideas.

Universidades, centros tecnológicos y empresas suman esfuerzos en la revolución silenciosa del agro español
Universidades, centros tecnológicos y empresas suman esfuerzos en la revolución silenciosa del agro español

La jornada concluyó con un llamamiento a reforzar la colaboración entre lo público y lo privado, fomentar la cultura de propiedad industrial e impulsar la digitalización como vectores esenciales para la internacionalización del sector agroalimentario. Rafael López, director de Transferencia Tecnológica de PONS IP, lo expresó con claridad: “estamos en disposición de aprovechar nuestra capacidad de generación de innovación para impulsar nuestro crecimiento a través de la exportación de tecnología agro, aunque todavía nos falte apostar realmente por una cultura de propiedad industrial que haga despegar todo nuestro potencial como país”.

El campo ya no se define por lo que se planta, sino por lo que se patenta. Y España, sin hacer mucho ruido, está sembrando las bases de un modelo agroindustrial del futuro, donde la innovación ya no se mide solo en toneladas, sino en ideas protegidas, invertidas y exportadas.

Recomendamos en