¿Por qué a Leopoldo Alas se le llamó 'Clarín'?

El gran escritor realista español, autor de 'La Regenta', firmaba así sus artículos. Pero ¿cómo surgió el seudónimo?
¿Por qué a Leopoldo Alas se le llamó 'Clarín'?

Leopoldo García-Alas (Zamora, 25 de abril de 1852-Oviedo, 13 de junio de 1901) está considerado como el gran escritor del realismo español del siglo XIX junto con Benito Pérez Galdós. Frente a la del prolífico autor de los Episodios Nacionales, la obra narrativa de Alas es más bien escueta: varias colecciones de cuentos, cuatro novelas cortas y tres novelas mayores. Éstas son Cuesta abajo, Su único hijo y, sobre todo, La Regenta, su obra maestra y cumbre de la literatura decimonónica, que ha sido comparada a Madame Bovary o Ana Karenina por su agudo retrato de la psicología femenina, de las restricciones sociales y religiosas de la época y de la ciudad en que transcurre: Vetusta, reflejo ficticio de la capital asturiana, Oviedo.

De Oviedo era su familia -Leopoldo nació en Zamora porque su padre había sido nombrado gobernador de dicha ciudad, pero en 1859 regresaron a Asturias- y en Oviedo vivió el escritor desde 1883 hasta su muerte. Sin embargo, su seudónimo, 'Clarín', nació en su etapa madrileña. Alas se trasladó a la capital para doctorarse en Derecho y allí asistió a la proclamación y caída de la Primera República y a la Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII; y allí también se hizo amigo de los intelectuales krausistas y liberales en torno a los cuales surgiría la Institución Libre de Enseñanza. Asimismo, fue en Madrid donde se inició como periodista y crítico literario, actividad que dio origen al famoso 'Clarín'.

En julio de 1875, Alas entró a formar parte de la redacción de un nuevo periódico llamado El Solfeo. El director de la cabecera pidió a sus jóvenes colaboradores que cada uno eligiera como firma el nombre de un instrumento musical. Así, Leopoldo escogió el clarín y el 2 de octubre de ese año publicó su primer artículo con dicho alias, en una columna titulada Azotacalles de Madrid, y ya siempre firmaría de ese modo. De esta forma, entró en la vida literaria de la época y desde su columna se dedicó a lanzar duras e irónicas críticas contra la clase política de la Restauración, que le hicieron ganar mucha popularidad y no pocos enemigos. Y 'Clarín' quedó eternamente asociado al nombre de pila del gran escritor ovetense.

Recomendamos en

Max Ernst, una de las dos versiones de L’Ange du Foyer (El ángel del hogar), 1937. Óleo sobre lienzo, 112,5 x 144 cm. Colección privada.

La historia natural de Max Ernst: surrealismo, ciencia y el arte del frottage

Mediante la técnica del frotagge y empleando el automatismo psíquico, el artista dadaísta y surrealista produjo imágenes de texturas que se transformarían en un onírico repertorio de animales, plantas y minerales en el que los límites entre realidad e imaginación quedan desdibujados.
  • Andrea García Casal