Arqueólogos encuentran un sarcófago romano sellado con monedas, figurillas de bronce y tejidos dorados: así despidieron a esta joven aristócrata hace 1.700 años

Un sarcófago romano descubierto intacto en Budapest revela la vida, muerte y estatus de una joven aristócrata de hace 1.700 años.
Así pudo lucir el sarcófago romano de una joven aristócrata en el momento de su entierro hace 1.700 años, rodeada de monedas, objetos de vidrio y tejidos con hilos de oro, según las evidencias halladas en el yacimiento de Aquincum, actual Budapest
Así pudo lucir el sarcófago romano de una joven aristócrata en el momento de su entierro hace 1.700 años, rodeada de monedas, objetos de vidrio y tejidos con hilos de oro, según las evidencias halladas en el yacimiento de Aquincum, actual Budapest. Recreación artística. Foto: ChatGPT-4o/Christian Pérez

Durante siglos, bajo los cimientos de la ciudad moderna de Budapest, han permanecido ocultas historias olvidadas, selladas bajo capas de tierra y tiempo. Ahora, un descubrimiento excepcional saca a la luz una de esas vidas enterradas: un sarcófago romano completamente intacto, descubierto en el distrito de Óbuda, ha revelado los restos de una joven de la élite romana, acompañada de un rico ajuar funerario que arroja luz sobre la sociedad de la antigua Pannonia en el siglo III d.C.

La excavación fue realizada como parte de una campaña arqueológica rutinaria previa a obras urbanísticas. Lo que parecía un vestigio más entre las ruinas de Aquincum, la antigua ciudad romana situada en la frontera norte del imperio, resultó ser un hallazgo sin precedentes: una tumba sellada herméticamente, sin rastro alguno de saqueo o intervención humana desde que fue cerrada hace más de 1.700 años.

La escena que aguardaba bajo la tapa de piedra fue descrita por los expertos como sobrecogedora. En el interior del sarcófago, perfectamente sellado con grapas metálicas y plomo fundido, yacía el esqueleto completo de una joven, dispuesta con notable cuidado, acompañada de ofrendas que sugieren su posición privilegiada en la sociedad.

Una joven romana en la frontera del Imperio

Entre los objetos hallados se encuentran más de 140 monedas, joyas, recipientes de vidrio intactos, figurillas de bronce, una horquilla ósea y restos de tejidos con hilos dorados. Todos estos elementos apuntan a un rito funerario elaborado, lleno de simbolismo y probablemente reservado solo para las clases más acomodadas del momento. El ajuar no solo busca honrar al difunto, sino también asegurar su tránsito al más allá, como dictaban las creencias romanas de la época.

El análisis inicial del esqueleto sugiere que la fallecida era una mujer joven, probablemente de entre 20 y 25 años, perteneciente a una familia de notable posición social. Su tumba estaba situada en una zona de la antigua ciudad que, tras haber sido abandonada como área residencial en el siglo III, fue reconvertida en necrópolis. Alrededor del sarcófago, los arqueólogos hallaron otras tumbas más sencillas, sin objetos valiosos, lo que refuerza la singularidad del descubrimiento.

Operarios preparan el levantamiento de un sarcófago romano perfectamente conservado, asegurando su tapa antes de izarlo en un yacimiento arqueológico de Budapest, Hungría, el 30 de septiembre de 2025
Operarios preparan el levantamiento de un sarcófago romano perfectamente conservado, asegurando su tapa antes de izarlo en un yacimiento arqueológico de Budapest, Hungría, el 30 de septiembre de 2025. Foto: Gabor Lakos, Budapest History Museum

Este contexto también arroja pistas sobre los cambios urbanos y sociales que vivió Aquincum en sus últimos siglos de ocupación romana. La reutilización de espacios urbanos como cementerios era una práctica común cuando las ciudades comenzaban a contraerse, al ritmo de la inestabilidad política y económica que afectó al Imperio en su ocaso.

Aquincum, la Pompeya del Danubio

Aquincum fue una de las principales ciudades de la provincia romana de Pannonia Inferior. Situada en un lugar estratégico, al borde del Danubio y en las rutas comerciales del norte del Imperio, fue sede de un importante campamento militar y, con el tiempo, de un floreciente asentamiento civil. Se estima que llegó a albergar hasta 40.000 habitantes entre civiles y soldados. En ella convivían veteranos del ejército, comerciantes, artesanos y aristócratas, como probablemente fue el caso de la joven enterrada en este sarcófago.

Este tipo de hallazgos ayuda a reconstruir no solo la estructura social de la ciudad, sino también las creencias, costumbres y el día a día de sus habitantes. El hecho de que el sarcófago esté fabricado expresamente para esta mujer, en lugar de haber sido reutilizado —una práctica habitual en tiempos de crisis—, refuerza la teoría de que pertenecía a una familia con recursos y poder incluso en un momento de declive para el Imperio.

En esta imagen facilitada por el Museo de Historia de Budapest se aprecia un sarcófago romano íntegro tras retirar su tapa en un yacimiento arqueológico de la capital húngara
En esta imagen facilitada por el Museo de Historia de Budapest se aprecia un sarcófago romano íntegro tras retirar su tapa en un yacimiento arqueológico de la capital húngara. Foto: Gabor Lakos, Budapest History Museum

Además del impacto histórico, el descubrimiento tiene una dimensión humana profundamente emotiva. Los objetos cuidadosamente dispuestos a su alrededor hablan del amor y respeto que quienes la enterraron sentían por ella. Su tumba no fue improvisada, sino fruto de una ceremonia cuidada, donde cada objeto tenía un valor simbólico y personal. La arqueología, en este caso, nos conecta con el dolor y la devoción de una comunidad que, hace casi dos mil años, despidió a una de sus hijas con la esperanza de un viaje eterno.

Eso sí, uno de los elementos más intrigantes de la excavación ha sido la capa de barro de unos 4 centímetros que cubría parcialmente los restos dentro del sarcófago. Los investigadores creen que podría contener pequeños objetos metálicos o joyas que no fueron visibles a simple vista. El proceso de análisis y filtrado de esta capa promete nuevos descubrimientos en los próximos meses.

A través de estudios antropológicos y análisis genéticos, los científicos esperan obtener más información sobre su origen, su estado de salud y, quizás, pistas sobre su identidad. Incluso el tipo de comida que consumía podría deducirse mediante estudios isotópicos de sus huesos.

Este descubrimiento ha captado la atención no solo de la comunidad académica, sino también del público general, por su capacidad de humanizar el pasado. No se trata solo de una tumba antigua: es la historia real de una mujer que vivió, amó y murió en una de las fronteras del mundo romano.

En esta imagen difundida por el Museo de Historia de Budapest, varios investigadores retiran cuidadosamente la capa de arcilla que cubre un sarcófago romano intacto en pleno yacimiento arqueológico
En esta imagen difundida por el Museo de Historia de Budapest, varios investigadores retiran cuidadosamente la capa de arcilla que cubre un sarcófago romano intacto en pleno yacimiento arqueológico. Foto: Gabor Lakos, Budapest History Museum

Una tumba que da voz a los olvidados

El hallazgo de este sarcófago representa una cápsula del tiempo única que permite entender mejor cómo vivían —y morían— los habitantes del Imperio Romano en sus márgenes. Mientras que los grandes relatos históricos se centran en emperadores y batallas, son descubrimientos como este los que devuelven protagonismo a las personas comunes que, con sus vidas silenciosas, construyeron el día a día de la civilización romana.

A medida que los trabajos de análisis continúan, es probable que esta joven siga revelando secretos. Pero incluso si no se llega a saber su nombre, su historia ya ha comenzado a escribirse de nuevo. En una ciudad moderna construida sobre los restos de su mundo, esta mujer emerge como un símbolo de la conexión entre pasado y presente.

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