La minería espacial ya no es solo cosa de ciencia ficción. Cada vez más, científicos e ingenieros contemplan con seriedad la posibilidad de extraer recursos minerales del espacio. Entre los candidatos más prometedores están los asteroides, esos cuerpos rocosos que orbitan entre Marte y Júpiter, y que podrían contener metales y compuestos esenciales para la tecnología del futuro. Pero ¿realmente compensa enviar misiones hasta ellos para excavar su superficie? ¿Qué sabemos en realidad sobre su composición?
Un estudio internacional liderado desde España acaba de aportar datos clave para responder a estas preguntas. Investigadores del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) han analizado una colección excepcional de meteoritos —fragmentos de asteroides que han caído a la Tierra— para evaluar el potencial real de estos cuerpos como fuente de metales valiosos y elementos raros. El artículo, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, no solo cuantifica las abundancias químicas de diversos materiales, sino que plantea qué tipo de asteroides deberían priorizarse en futuras misiones de minería espacial.
Por qué los asteroides pueden interesar más que la Tierra
Extraer minerales del subsuelo terrestre implica enormes costes ambientales. Muchos de los elementos necesarios para fabricar baterías, paneles solares, turbinas eólicas o componentes electrónicos son escasos, y su extracción daña ecosistemas, consume agua y energía, y genera residuos tóxicos. En cambio, los asteroides representan una fuente potencial de metales y elementos raros sin necesidad de perforar la Tierra.
Sin embargo, no todos los asteroides son iguales. Hasta ahora, la mayoría de propuestas se centraban en asteroides metálicos, ricos en hierro y níquel, que provendrían de núcleos de planetas destruidos en colisiones. Pero el equipo del ICE-CSIC plantea un cambio de enfoque: fijarse en los asteroides no diferenciados, que han conservado su composición primitiva desde la formación del sistema solar.
Estos asteroides primitivos son ricos en materiales volátiles y metales no procesados. “Pueden haber retenido minerales originales y contener elementos valiosos en su forma nativa”, explican los autores. Su estudio demuestra que muchos de estos asteroides, especialmente los del tipo condrita carbonácea, tienen composiciones interesantes desde el punto de vista económico y científico.

Qué meteoritos se han analizado y por qué
Para investigar esto, los autores utilizaron meteoritos procedentes de la colección antártica de la NASA, almacenados en el ICE-CSIC, así como otros fragmentos de caídas históricas como Orgueil. Analizaron un total de 27 meteoritos representativos de seis grandes grupos de condritas carbonáceas: CI, CM, CO, CR, CV y CK.
Las muestras fueron estudiadas mediante espectrometría de masas para medir con precisión la concentración de 46 elementos químicos, incluidos metales de transición como hierro, cobalto o níquel, y tierras raras como neodimio, disprosio o lantano. Esta combinación permite conocer no solo si hay metales valiosos, sino también en qué forma se presentan y si son accesibles para su extracción.
Uno de los aspectos más importantes del trabajo fue comparar meteoritos con distinto grado de alteración. Algunos han sufrido procesos térmicos o reacciones con agua, lo que puede modificar su composición. Los más interesantes para la minería, según concluye el estudio, son aquellos que conservan sus metales en forma nativa, sin oxidarse ni transformarse.
¿Qué elementos valiosos contienen?
Los resultados muestran que las condritas carbonáceas tienen abundancias elevadas de elementos como titanio, manganeso, cobalto, níquel, cobre y zinc, en niveles que pueden ser superiores a los de la corteza terrestre, aunque inferiores a los de los depósitos más ricos en la Tierra.
En cuanto a las tierras raras, elementos esenciales para la fabricación de motores, turbinas, imanes o pantallas electrónicas, los meteoritos de los grupos CV, CK y CO mostraron las mayores concentraciones, en algunos casos hasta el doble de lo que se encuentra en otros tipos de meteoritos. “Nuestros resultados indican que las condritas carbonáceas, especialmente las no alteradas acuosamente, contienen materiales valiosos y deberían ser objetivos prioritarios para futuras exploraciones y actividades mineras”, concluyen los investigadores en el artículo.
La investigación también detecta una relación entre la riqueza en elementos raros y el tipo petrológico del meteorito: los de tipo 3, considerados más primitivos, conservan mayor cantidad de tierras raras. Este dato es crucial para seleccionar qué cuerpos celestes explorar en el futuro.

¿Qué tipos de asteroides habría que explorar?
Una de las aplicaciones clave del estudio es ayudar a identificar los asteroides que realmente merecen ser visitados y explotados. Para ello, los científicos comparan las firmas espectrales de los meteoritos con las de distintos tipos de asteroides clasificados por su reflectancia.
El trabajo señala que los asteroides de clase K, asociados a meteoritos CO y CV, son especialmente prometedores. Estos cuerpos presentan bandas de absorción similares a las de minerales como la olivina y la espinela, presentes en los meteoritos más ricos. En palabras del estudio, “los asteroides que exhiben bandas de absorción de olivina y espinela como las encontradas en condritas CO y CV podrían ser los mejores candidatos para futuras misiones”.
Los autores sugieren incluso una posible misión de retorno de muestras al asteroide 221 Eos, que podría pertenecer a esta clase y ofrecer información valiosa tanto científica como económica.
La minería espacial: ¿realidad o desafío lejano?
Aunque extraer recursos del espacio sigue siendo una empresa extremadamente costosa, ya se están dando pasos concretos. Misiones como Hayabusa 2 (JAXA) y OSIRIS-REx (NASA) han demostrado que es posible recoger y traer a la Tierra fragmentos de asteroides primitivos. Estas misiones no solo prueban la viabilidad técnica, sino que también permiten comparar directamente los materiales in situ con los meteoritos estudiados en laboratorios.
Uno de los grandes desafíos es desarrollar sistemas de extracción eficaces en condiciones de microgravedad, donde los métodos tradicionales no funcionan. Además, como señala el estudio, también hay que considerar el impacto ambiental de los residuos que se generarían en el espacio: “El tratamiento de estos materiales y los residuos generados tendría un impacto significativo que debería cuantificarse y mitigarse adecuadamente”.
Sin embargo, los beneficios potenciales son enormes. No solo se podrían reducir los daños de la minería en la Tierra, sino también abastecer misiones a la Luna y Marte, usando recursos obtenidos directamente en el espacio. Como dice el investigador Pau Grèbol Tomàs: “Parece ciencia ficción, pero también lo parecía cuando se empezaron a planear las primeras misiones de retorno de muestras hace treinta años”.
Más allá de los metales: el agua como recurso estratégico
El estudio no se centra exclusivamente en metales. Otro aspecto clave es el contenido de agua en ciertos asteroides, fundamental para misiones tripuladas. Extraer agua en el espacio permitiría fabricar combustible, mantener la vida y reducir la dependencia del suministro desde la Tierra.
Los asteroides de tipo CI y CM, aunque menos ricos en metales nativos, presentan una mayor proporción de minerales hidratados. Esto los convierte en candidatos ideales para extraer agua, siempre que se desarrollen tecnologías capaces de liberar y utilizar ese recurso bajo condiciones espaciales.
En el futuro, podría plantearse incluso la captura de pequeños asteroides cercanos a la Tierra y su colocación en órbita lunar para su aprovechamiento. Según el estudio, esta idea podría combinar ciencia, exploración y defensa planetaria: “A largo plazo, podríamos incluso minar y reducir el tamaño de asteroides potencialmente peligrosos para que dejen de serlo” .
Referencias
- J. M. Trigo-Rodríguez, P. Grèbol Tomàs, J. Ibáñez-Insa, J. Alonso-Azcárate, M. Gritsevich. Assessing the metal and rare earth element mining potential of undifferentiated asteroids through the study of carbonaceous chondrites. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. https://doi.org/10.1093/mnras/staf1902.