El reciente hallazgo de un asentamiento urbano precolombino en la región de la Costa Chica de Guerrero, en el sur de México, ha proporcionado nuevas evidencias para comprender la evolución social y cultural del periodo epiclásico mesoamericano. El equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha sido el responsable de registrar el yacimiento, que se ha bautizado provisionalmente como Paso Temprano.
Los arqueólogos han destacado que se trata de un asentamiento con más de 1,2 kilómetros de extensión, lo que, junto con su grado de preservación, lo convierte en uno de los descubrimientos más relevantes de los últimos años en Guerrero. Los investigadores subrayan, además, que el estudio del asentamiento podría permitir definir una nueva cultura local del Epiclásico, una posibilidad que transformaría por completo la comprensión del desarrollo cultural en esta parte del territorio mesoamericano.

El entorno geográfico de la urbe precolombina
El emplazamiento de Paso Temprano (también conocido por los habitantes locales como Corral de Piedra) se extiende sobre crestas, farallones y cerros. La estructuración del terreno, con asentamientos elevados, murallas, zonas de desfiladeros y accesos controlados, apunta a una intención defensiva o, al menos, a un control del espacio que trasciende lo meramente residencial. La elección de un lugar de topografía accidentada como base para establecer la ciudad sugiere un dominio técnico capaz de modificar el entorno para adaptarlo a las necesidades comunitarias.
Los arqueólogos señalan que el sitio parece conservar intactas las huellas de sus calles y viviendas, lo que permitirá reconstruir visualmente cómo era la vida cotidiana de sus antiguos habitantes. La población local conocía desde antiguo las ruinas, a las que denominaban Ciudad Antigua o Corral de Piedra, sin sospechar que ocultaban los restos de una urbe prehispánica.
El periodo de ocupación estimado se sitúa entre los años 650 y 950 d.C., lo que lo adscribe al periodo Epiclásico y, quizás, también al Posclásico Temprano. Esta cronología coincide con un momento de grandes transformaciones en Mesoamérica: el ocaso de centros como Teotihuacan y la aparición de nuevos polos de poder regionales, marcados por dinámicas sociales y políticas propias.

La organización del asentamiento
Entre los elementos más sobresalientes de Paso Temprano, destaca una muralla perimetral que delimita el sector más alto del sitio, lo que refuerza la hipótesis de que el emplazamiento se construyó con fines defensivos. En esa parte elevada, se han documentado corredores estrechos, pasos controlados y un sistema de acceso restringido hacia el núcleo ceremonial.
La cancha de juego de pelota en forma de “I” constituye una de las estructuras más llamativas del sitio. Cuenta con unas dimensiones de 49 metros de largo por 8 metros de ancho y está flanqueada por promontorios naturales parcialmente revestidos con muros de piedra. Este tipo de estructura, habitual en los centros mesoamericanos, tenía un profundo significado ritual, político y religioso. El juego de pelota simbolizaba el orden cósmico y servía como espacio tanto de negociación como de legitimación del poder.
Para levantar la ciudad, se empleó el paramento mixteco como sistema constructivo. Este se caracteriza por el uso de bloques verticales intercalados con pequeñas lajas. La técnica, que se documenta en otros sitios del Pacífico sur mexicano, refuerza la idea de que Paso Temprano participaba de las tradiciones arquitectónicas locales.

Una sociedad estratificada
La disposición de las estructuras muestra una clara jerarquización espacial. En los puntos más altos del yacimiento, se localizan edificios de mayor tamaño que, posiblemente, se destinaron a un uso palaciego o ceremonial. Las zonas habitacionales de carácter común, por su parte, se posicionan en las laderas. La diferencia altitudinal entre las áreas residenciales y las élites sugiere una comunidad estratificada, con un poder central que controlaba tanto el acceso a los espacios como las actividades productivas.
Las evidencias también apuntan a que el sitio pudo desempeñar múltiples funciones. Los arqueólogos apuntan a que debió operar como centro administrativo, enclave defensivo y punto de intercambio cultural entre las poblaciones de tradición mixteca, amuzga y, quizá, zapoteca. Esta convergencia de influencias explicaría la singularidad del sitio en el mosaico cultural del sur de Mesoamérica.
Significado e implicaciones culturales: ¿una nueva cultura mesoamericana?
El hallazgo de Paso Temprano tiene la potencialidad de modificar la visión que se tiene de la Costa Chica de Guerrero y su papel en la configuración mesoamericana durante el Epiclásico y el Posclásico Temprano. Los especialistas destacan que el estudio sistemático del yacimiento podría identificar una cultura arqueológica propia, con rasgos arquitectónicos y sociales distintivos. De verificarse esto, podría llegar a reconocerse la existencia de un foco civilizatorio autónomo en una zona que, tradicionalmente, se había considerado periférica.
La presencia de una cancha de pelota, murallas, estructuras palaciegas y una planificación arquitectónica deliberada sugiere que la comunidad mantenía relaciones, directas o indirectas, con los grandes centros mesoamericanos ya conocidos. Sin embargo, su modo de construir y organizar el espacio apunta a una identidad local consolidada. Según los arqueólogos, Paso Temprano ofrece una expresión singular de la diversidad cultural del México precolombino.

Retos y perspectivas de investigación
Los investigadores del INAH subrayan que todavía queda mucho por hacer. Las excavaciones sucesivas permitirán profundizar en el registro estratigráfico, el análisis cerámico y los estudios de los materiales orgánicos para determinar la cronología precisa y la extensión completa del sitio. La preservación de las estructuras constituye otro reto fundamental, dado que el terreno montañoso y la vegetación dificultan el acceso y la conservación.
El proyecto contempla, además, la colaboración con las comunidades locales, que han mostrado un interés creciente en proteger el sitio. Integrar los saberes tradicionales y la memoria oral en el estudio podría aportar datos valiosos sobre la continuidad cultural de la región.
Un nuevo horizonte histórico
El descubrimiento de la ciudad prehispánica de Paso Temprano se ha convertido en un hito de la arqueología mesoamericana. A medida que avancen las investigaciones y si llega a revelarse la existencia de una tradición local que floreció entre el Epiclásico y el Posclásico Temprano, es probable que este asentamiento redefina los mapas culturales del sur de México. Paso Temprano se perfila, así, como una de las claves para comprender la pluralidad de los mundos prehispánicos.
Referencias
- 2025. "Sitio arqueológico en la Costa Chica de Guerrero podría definir a una nueva cultura local del Epiclásico". INAH. URL: https://inah.gob.mx/boletines/sitio-arqueologico-en-la-costa-chica-de-guerrero-podria-definir-a-una-nueva-cultura-local-del-epiclasico?highlight=WyJjb3JyYWwiLCJkZSIsInBpZWRyYSJd